jueves, 18 de junio de 2009

El entorno de Leonardo Da Vinci (Parte 1)


Hace 512 años el mundo comenzaba en España y terminaba en Asia. En 1457 Cristóbal Colón todavía no había iniciado su arriesgada travesía donde por casualidad descubriría esta abundancia americana llena de cultivos, secretos, mujeres, riqueza natural y el codiciado oro.

En ese entorno global de Europa se encontraba un mar importante que era la ruta obligada para surtir al mundo europeo de preciosas sedas y especias provenientes de Oriente. En medio de ese importante Mar Mediterráneo se cruzaba la península italiana subdividida por grandes y pequeños estados bastante ricos. Era una riqueza que circulaba en todo sentido lo cual le daba a todos los estados una independencia infranqueable motivada por su posición comercial tan especial y por la multiplicidad de los medios de poder, ducados y cortes de diferente tipo.

Cualquiera de los estados podía surgir y prevalecer sobre los otros, era una obstentación de belleza y riqueza representada por sus bellos palacios, hermosas iglesias, bellos cuadros y una creatividad desbordante.

Los nobles y los ricos burgueses que manejaban y tenían el poder se disputaban los artistas, artesanos, pintores, escultores, arquitectos y carpinteros mas renombrados para que les embelleciera el mundo que les rodeaba. Las Iglesias y los palacios se enriquecían con majestuosas obras de arte y se confiaba a los mejores para que pintara los retratos o se hicieran esculturas de las personalidades mas prestigiosas incluyendo a sus mujeres e hijos. Era una obstentación de belleza donde los artistas eran los protagonistas encargados de realzar estéticamente la cotidianidad reinante.

En esa Italia que se encontraba dividida por estados ricos auto suficientes e independientes no sobrepasaban los diez millones de habitantes, pero el número de clientes era mucho mayor que en aquellos países donde solo era un señor el que gobernaba. Este mercado tan amplio y diverso era un motivo suficiente para que se investigaran métodos, técnicas y materiales diversos para realizar los trabajos.

La familia Médicis vivía en un estado muy pequeño, en una ciudad que no figuraba entre las mayores pero era la que prevalecía sobre el resto de Italia por esa competencia de prestigio artístico y cultural. Florencia era esa pequeña ciudad donde surge el movimiento artístico destinado a sacudir a toda Europa: El Renacimiento.

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