lunes, 23 de noviembre de 2009

Retratos de una Latinoamérica Limosnera

A continuación tenemos las palabras del presidente de Costa Rica, Óscar Arias en la Cumbre de las Américas. Trinidad y Tobago, 18 de abril del 2009.
Óscar Arias, Premio Nobel de la Paz 1987 y actual presidente de Costa Rica por segunda ocasión.

ALGO HICIMOS MAL
Abril 18, 2009

Tengo la impresión de que cada vez que los países caribeños y latinoamericanos se reúnen con el presidente de los Estados Unidos de América, es para pedirle cosas o para reclamarle cosas. Casi siempre, es para culpar a Estados Unidos de nuestros males pasados, presentes y futuros. No creo que eso sea del todo justo.
No podemos olvidar que América Latina tuvo universidades antes de que Estados Unidos creara Harvard y William & Mary, que son las primeras universidades de ese país. No podemos olvidar que en este continente, como en el mundo entero, por lo menos hasta 1750 todos los americanos eran más o menos iguales: todos eran pobres.

Cuando aparece la Revolución Industrial en Inglaterra, otros países se montan en ese vagón: Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda. y así la Revolución Industrial pasó por América Latina como un cometa, y no nos dimos cuenta. Ciertamente perdimos la oportunidad.

También hay una diferencia muy grande. Leyendo la historia de América Latina, comparada con la historia de Estados Unidos, uno comprende que Latinoamérica no tuvo un John Winthrop español, ni portugués, que viniera con la Biblia en su mano dispuesto a construir "una Ciudad sobre una Colina", una ciudad que brillara, como fue la pretensión de los peregrinos que llegaron a Estados Unidos.

Hace 50 años, México era más rico que Portugal. En 1950, un país como Brasil tenía un ingreso per cápita más elevado que el de Corea del Sur. Hace 60 años, Honduras tenía más riqueza per cápita que Singapur, y hoy Singapur -en cuestión de 35 ó 40 años- es un país con $40.000 de ingreso anual por habitante. Bueno, algo hicimos mal los latinoamericanos.

¿Qué hicimos mal? No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal. Para comenzar, tenemos una escolaridad de 7 años. Esa es la escolaridad promedio de América Latina y no es el caso de la mayoría de los países asiáticos. Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos. De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países sólo uno termina esa secundaria. Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos más avanzados es de 8, 9 ó 10. Foto: Niños combatientes (WORLD REVOLUTION)

Nosotros tenemos países donde la carga tributaria es del 12% del producto interno bruto, y no es responsabilidad de nadie, excepto la nuestra, que no le cobremos dinero a la gente más rica de nuestros países. Nadie tiene la culpa de eso, excepto nosotros mismos.

En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 ó 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra.

En mi intervención de esta mañana, me referí a un hecho que para mí es grotesco, y que lo único que demuestra es que el sistema de valores del siglo XX, que parece ser el que estamos poniendo en práctica también en el siglo XXI, es un sistema de valores equivocado.Porque no puede ser que el mundo rico dedique 100.000 millones de dólares para aliviar la pobreza del 80% de la población del mundo -en un planeta que tiene 2.500 millones de seres humanos con un ingreso de $2 por día- y que gaste 13 veces más ($1.300.000.000.000) en armas y soldados.
Como lo dije esta mañana, no puede ser que América Latina se gaste $50.000 millones en armas y soldados. Yo me pregunto: ¿quién es el enemigo nuestro? El enemigo nuestro, presidente Morales, de esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas.

Uno va a una universidad latinoamericana y todavía parece que estamos en los sesenta, setenta u ochenta. Parece que se nos olvidó que el 9 de noviembre de 1989 pasó algo muy importante, al caer el Muro de Berlín, y que el mundo cambió. Tenemos que aceptar que este es un mundo distinto, y en eso francamente pienso que todos los académicos, que toda la gente de pensamiento, que todos los economistas, que todos los historiadores, casi que coinciden en que el siglo XXI es el siglo de los asiáticos, no de los latinoamericanos.

Y yo, lamentablemente, coincido con ellos. Porque mientras nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías, seguimos discutiendo sobre todos los "ismos" (¿cuál es el mejor? capitalismo, socialismo, comunismo, liberalismo, neoliberalismo, socialcristianismo...), los asiáticos encontraron un "ismo" muy realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es el pragmatismo .
Para sólo citar un ejemplo, recordemos que cuando Deng Xiaoping visitó Singapur y Corea del Sur, después de haberse dado cuenta de que sus propios vecinos se estaban enriqueciendo de una manera muy acelerada, regresó a Pekín y dijo a los viejos camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Larga Marcha: "Bueno, la verdad, queridos camaradas, es que mí no me importa si el gato es blanco o negro, lo único que me interesa es que cace ratones" . Y si hubiera estado vivo Mao, se hubiera muerto de nuevo cuando dijo que " la verdad es que enriquecerse es glorioso ". Y mientras los chinos hacen esto, y desde el 79 a hoy crecen a un 11%, 12% o 13%, y han sacado a 300 millones de habitantes de la pobreza, nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías que tuvimos que haber enterrado hace mucho tiempo atrás.
La buena noticia es que esto lo logró Deng Xioping cuando tenía 74 años. Viendo alrededor, queridos Presidentes, no veo a nadie que esté cerca de los 74 años. Por eso sólo les pido que no esperemos a cumplirlos para hacer los cambios que tenemos que hacer.
Muchas gracias.

Óscar Arias. Presidente de Costa Rica. 18 de Abril de 2009-
Cumbre de las Américas

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Retratos de los mandos medios

Alfredo Iriarte (1932-2002) fue un historiador y escritor colombiano, autor de muchos ensayos, novelas cortas históricas y de ficción.

Además de sus libros, Iriarte hizo contribuciones valiosas a la exactitud y al buen uso idiomático del idioma en su columna "Rosario de perlas", publicada en el diario colombiano El Tiempo por más de 25 años.

Por su profundo conocimiento del español y el prolífico uso de términos raros dentro de una corrección gramatical particularmente rítmica, hilarante y deliciosa (lo que hace que sus libros sean difíciles de traducir a otros idiomas), él fue reconocido como uno de los mejores exponentes de una casi desvanecida y única herencia bogotana virreinal (habitualmente conocida como "sociedad cachaca"), orgullo de alfabetización erudita y estilo de vida caballeroso, sólamente propio de la anticuada y bien educada sociedad bogotana de la última parte del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

En su libro Abominaciones y Denuestos hace una descripción de los mandos medios sin alejarse de la realidad.

Retrato de los mandos medios
Si los lobos estimulan y suscitan con fuerza irresistible nuestra capacidad de vomitar contenido y continente de los entresijos; si los lagartos, además de los antedichos trastornos gástricos, nos inspiran a la vez una tierna compasión, junto con un vehemente deseo de no parecernos a ellos, no hay vocablos ni expresiones en el opulento repertorio castellano para describir lo que sentimos ante la presencia y ejercicio de los mandos medios, ya que se trata de personajes que, sin poseer la intrepidez de los lobos históricos, ni la astucia diabólica de los lagartos que gracias a ella llegaron a brontosaurios, no alcanzan las dimensiones de unos ni de otros. Los mandos medios están, obviamente, bien bautizados, por varias razones. Una de ellas, porque son visceralmente mediocres. Otra, como también su nombre lo indica, porque todos proceden de la apestosa clase media; esa clase de donde proceden todos los lobos, arribistas y escaladores desaforados que, a la par con el terror de hacerse proletarios, experimentan el ansia frenética (y lobísima, por su naturaleza misma), de cambiar de clase, siempre hacia arriba, por supuesto; de abdicar de lo que sea preciso con tal de aproximarse-y finalmente llegar (sic)-al sosiego seguro y apacible que deparan las cumbres.

Como consecuencia de todo ello, el mando medio es servil hasta la abyección con los omnipotentes que están encima de él y severo hasta el despotismo con quienes se encuentran bajo su mando. El mando medio tiene dos órganos que no descansan en su actividad infatigable: la lengua con que imparte lustre a los botines de sus amos y a la diestra con que blande el zurriago de flagelar y disciplinar a los subalternos indóciles. Vive convencido de que la práctica de estos dos menesteres, a la cual mas ignominioso, le granjea el valimiento de los optimates y la obsecuencia sin límites de los menesterosos. Pero lo malo para él es que se engaña. Los de arriba lo menosprecian por lambón y los de abajo lo aborrecen por tirano.

Los mandos medios no conocen ni tienen reparos en perpetrar actos que halaguen, satisfagan o sirvan a sus amos, con tal de que, eventualmente, les resulten útiles para el logro de sus fines protervos. Por supuesto, cuando algunos de estos actos, asi sean los crímenes más atroces, cumplen su finalidad de aupar y consolidar a los de más arriba, estos lo desconocen, pero no dejan de agradecerlo en el fondo de sus coranzoncitos.

¿Qué clase de mando medio es Ud? si es justo, ecuánime, equilibrado, honesto y buen hijo entonces establezca la diferencia.



GLOSARIO:
Abominación: Repulsión, aversión, espanto, horror, repugnancia.
Denuesto
: Insulto, injuria, afrenta, ofensa, dicterio, vituperio.
Contenido: Capacidad, cabida, volumen, espacio.
Continente: Recipiente, vasija, caja, saco.
Abyección: Bajeza, envilecimiento.
zurriago: Látigo con que se castiga o zurra, pene.
Ignominia: Deshonor, descrédito de quien ha perdido el respeto de los demás.
Granjear: Conseguir, captar el valor, la voluntad de alguien.
Valimiento: Ayuda, protección.
Protervo: Malvado, perverso.
Aupar: Levantar a una perspona.